Nada se consigue de la noche a la mañana; todo se logra con ganas, trabajo y perseverancia.
Empecé en este oficio con muchas ganas de trabajar, pero sin los recursos para tener mi propia máquina.
Durante los primeros años tuve que alquilar excavadoras para poder aceptar los trabajos y seguir aprendiendo día a día.
Cada proyecto era un nuevo desafío, y aunque no fue fácil, nunca me faltaron las ganas ni el compromiso de hacer las cosas bien.
Con el tiempo, y gracias a la confianza de mis clientes, fui creciendo poco a poco hasta poder cumplir uno de mis mayores sueños: comprar mi propia excavadora Kobelco de 3.500 kg.
Desde entonces, no he parado de trabajar, sumando más de 150 clientes satisfechos y participando en decenas de proyectos por toda la Marina Baixa.
Hoy puedo decir con orgullo que todo el esfuerzo ha valido la pena.